lunes, 22 de septiembre de 2014

de, IMITACIÓN A LOS PÁJAROS

Mercedes Álvarez
Las mujeres de mi familia siempre tuvieron
para la tragedia
un gran sentido de la oportunidad.
Mi abuela murió un viernes a la noche
mi madre se accidentó un domingo al mediodía.
Los nietos y los hijos
viajamos con nuestros bolsos
desde nuestras casas
no tuvimos que salir corriendo
del trabajo o del gimnasio
parar un taxi en plena calle
maldecir el tránsito.
Llevamos nuestros celulares
nuestros cargadores
nuestra ropa interior
la ropa de abrigo
junto con la pena. Vi a mi madre
en el hospital
después de la tragedia
víctima de sus buenas intenciones
la cara lívida
y un ojo destrozado
por intentar salvar a un gato.
"Ese gato - le dije-
debería estar muerto".
Pero ella
que apenas podía moverse
me sonrió misteriosa
y su ojo sano tenía
el resplandor de fuego
de los ojos
de algunos animales heridos.

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