sábado, 6 de septiembre de 2014

de, LA ESTRELLA PRIMERA

Palo Pandolfo
Dulce amanecer
de mi alma
bañada por tu luz.
Oh María.
No hay fuerza
humana
o extraterrestre
que pueda oscurecer
tu amor.

Te veo en el fuego.
Te escucho en las nubes bajas de la mañana.
Te siento, también, adentro mío.
Y sé que venís desde muy lejos.
Madre
de la estrella primera
del silencio brillante
anterior a la palabra y a la roca.
Al mismo tiempo
tu esencia habita en todo
mi fe
este sol
el oxígeno.
Le pido al amor dios luz
que esparza tu gracia
por el mundo
iluminando y despejando almas
y mentes
para el Bien de todo.

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