viernes, 5 de septiembre de 2014

de, LA IMAGEN QUE PROFANA Y DESTRUYE

Federico Fahsbender

de pie hermano Fernando conmigo en el ánimo de oposición
de pie conmigo en la recámara menor
de nuestra antesala
ante la Ciudad Perfecta
entre las piscinas de alabastro llenas de agua profunda y jugos
ante los antílopes y los simios ornamentales que juegan en sus orillas
en sus paredes que son organismo vivo; Fernando
en sus vitrales superiores que son lecho de muerte
Fernando, yo reconozco a esa gran molécula de cáncer
con ojos y cabello corto y lacio y castaño está allí flotante
pero nadie está allí realmente
bajo el abrigo de nuestra casa, Fernando que es una casa
velatoria su mismo nombre lo indica:
las casas velatorias son casas y en las casas se come y se enferma
y en esta molécula un absceso en la piel colectiva de nuestras vidas
está la muerte de nuestra madre
la medicina no pudo salvarla porque la medicina
es tan sólo la traducción literal de la envidia
del hombre bajo a Dios
porque nuestro dios, que es Dios, sana
y el aliento del hombre bajo descuida a sus pacientes y mata
pero ella nuestra madre nos preparó para esto al leernos cada noche
con ojos distantes y voz nasal el libro
QUE ES EL LIBRO DE VISITAS EN EL CIELO DE LOS DÍAS
sus 72 estaciones de expiación y combate a través de armamento en la privacidad del cosmos
en el arma de nuestro dios que es mi dios
y la expresión pura de su arma que es religión
Fernando, aprendimos con tenacidad la lección y las fórmulas que niegan la muerte
LA LECCIÓN Y LAS FÓRMULAS QUE SON CUERPO A MUERTE DE NUESTRA MADRE
que implican un tiempo fuera de nuestras mentes
un tiempo afuera amable
y que relaja los músculos de nuestros brazos
brazos que abrazarán y maquillarán
AL CUERPO A MUERTE A LA MOLÉCULA QUE ES LA MUERTE DE NUESTRA MADRE
que es
en verdad
una heroína
a través de 72 estaciones de expiación y combate
Fernando, armada, en religión esta mujer es quien rió y lloró con nosotros
suspendida aquí en el aire por el poder precisamente de nuestras mentes
es una heroína para salvarnos pero hay un miedo que explota en mí
el miedo mismo que paraliza a los ejércitos de flamingos gigantes
al sentir la sola idea de desierto
es miedo a la insurrección, ¡Fernando!
miedo a retenerla aquí
en la Tierra
con nosotros
con nuestro amor y su estructura que no es más que peces y arañas e insectos y serpientes
no te permito que dialogues esta vez conmigo
ni te permitiré que la suplantes con mujeres falsas de erotismo pálido
nuestro dios la asistirá hacia los confines del curso de su cosmos
montada sobre el espíritu del cáncer que se extiende y nubla los párpados de la piel del mundo
puedo verla sonreír con sus encías algo llenas de sangre
sus ojos amarillos ya
despiden al día en la Ciudad Perfecta y darán paso a la noche que es paso a la muerte su muerte
envuelta en nenúfares
perfumada de almizcle puro y mirra y el más antigua ámbar
en su corona de cuernos de antílope
y su túnica
preparada para la batalla de 72 estaciones que es su expiación y travesía
DISPUESTA A CUMPLIR SUS VISITAS EN EL CIELO DE LOS DÍAS
días enteros de justicia le serán suyos días de amor y justicia
y reirá
al llegar reirá
paciencia, Fernando
no haya culpa alguna entre nosotros

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