martes, 2 de septiembre de 2014

MÚSICA ALEMANA

Gerardo Jorge

Aérea, el alma leve de la música alemana
se agregaba al paisaje como razón de ser
natural, dispersándose las notas en el aire
de sopor de ese tórrido verano:
figuras de humo espiraladas
dibujando moléculas fugaces.
Aérea, hecha de ese material
del que están hechos los sueños,
el alma de las formas,
la idea en esas frases,
se agregaba la música alemana
y el pianista agitado
parecía no sudar
al pulsar casi mudo de las notas
que cual pétalos levísimos
de una flor desconocida
se agregaban al aire, se dejaban caer.
Y así, en la levedad armoniosa
de lo verde y lo venteado,
de lo suave y lo celeste,
la música crecía, se agregaba
y parecía multiplicarse y como ser
la razón de ese espacio,
de esa plaza, una isla
pequeña de esplendor
que miraba a la ciudad…

y había en todo eso una salud

que cortaba el aliento
de los que se paraban a escuchar.

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